viernes, 25 de noviembre de 2011

Au Pair-anoia.

Cuando llegas a este país, lo primero que notas es que los automovilistas le ceden el paso al peatón. Pero enseguida, lo más notorio y evidente es que Estados Unidos en un país de gente paranoica.

Tienen medidas de seguridad exhaustivas al abordar un avión, al manejar, al llevar a un niño a la escuela, al cocinar, al alimentarse, al desechar desperdicios. Para todo. Sin embargo, a ellos les ha funcionado y gracias a sus sistemas, tienen años siendo un país que ofrece buena calidad de vida para sus habitantes.

...El problema viene cuando la paranoia alcanza a las au pairs.

Hace un par de fines de semana, salí con mi amiga paisana au pair a dar un largo paseo por la urbe gringa más próxima. Para ello, debimos dejar 'nuestros' autos en las estaciones de metro desde donde nos movimos. Yo dejé mi coche estacionado en la acera que decía "kiss and ride" mientras que mi colega au pair dejó el suyo frente al parquímetro al que sólo le depositó en centavos el equivalente a dos horas de estadía. A punto de abordar el tren y viajar felices a nuestro destino, quisimos asegurarnos de haber hecho el procedimiento correctamente, porque nos atacó la paranoia: ¿qué tal que no los estacionamos donde era? ¿qué tal que los parquímetros no funcionan como en México?

Jocosamente, estábamos en lo cierto.

Estacionarse en 'kiss and ride' significa que tienes derecho a estacionarte por un espacio breve de tiempo, mas no que puedes dejar tu coche todo el día. Por otra parte, a los parquímetros debes ponerle en centavos el equivalente al tiempo que pretendas tardarte, y no poner menos, esperando que si tardas un poco más, puedas compensar la diferencia pagando antes de retirarte, porque tu coche será remolcado en cuanto la pantalla del parquímetro diga 'expired'.
Así que una vez sabiéndolo, tuvimos que correr hasta nuestros coches y hacer las correcciones pertinentes: cambiarlos de lugar a un espacio donde pudiesen estar el tiempo necesario sin ser remolcados.

Esto no parece el big deal, pero para nosotras realmente lo fue. Cuando le dije a Luciérnaga -mi amiga au pair- que no estaba segura de haber estacionado el coche en el lugar correcto, esperaba que ella dijera algo como: "¡No te preocupes! Si había rayitas en el piso, es suficiente motivo para dejarlo estacionado cinco días seguidos si es necesario", pero en lugar de eso, obtuve una mueca dubitativa y un: "¡Te acompaño a que lo cambies de lugar, we!" Mismo caso al revés.
Aquí, creo, hasta la persona más relajada termina por estresarse un poco. Más, si eres una au pair. Cuando llegas aquí, te olvidas del relax: te hacen saber que la gente demanda por todo, y  el municipio usa grúas hasta en domingo. Y encima está el hecho de que ni siquiera es tu auto, o tus hijos los que están siendo remolcados: son prestados, son gringos y tú eres un extranjero sin ninguna protección legal (salvo Amnistía Internacional en el caso de que quieran dilapidarte. Porque la verdad, no confío para nada en la protección legal que el seguro de Cultural Care proporciona).

Aquí todo funciona distinto. En México, por ejemplo, si una persona desconsiderada -y floja- se estaciona en un lugar para minusválidos, ganará el repudio de aquéllos que sí tengan consciencia social, pero nada más. Aquí, eso se resuelve con una multa de 250 dólares. Allá te estacionas en un lugar prohibido y pierdes tu placa, aquí se toman la molestia de remolcar tu coche. Allá los niños hacen mandados desde que aprenden a sumar, aquí es considerado explotación infantil. Allá te multan si te descubren  manejando con aliento alcohólico, aquí te arrestan. Mismo caso con encontrarte pidiendo ride.  

Interminable es la lista como interminable la paranoia.
 
En este país, la probabilidad de cometer un error es mayor porque aquí se consideran ilegales o reprobables  acciones o costumbres que en otros países son usuales. Acabo casi de irme a rematch por dejar a mi hostkid en la puerta de la escuela a la vista de la maestra de deportes, en lugar de dejarlo en su salón de la mano de su maestra regular. En la escuela se hizo un alboroto y hasta estuvieron tentados a llamar a Protección Infantil. De modo que, con antecedentes como ése, y de la probabilidad de encontrar que tu coche ha sido remolcado por haberlo dejado en el cajón de 'kiss and ride' es imposible que la paranoia se tome un descanso.

Creo que ya hasta miedo tengo de estornudar.

2 comentarios:

katherine dijo...

Me encanto tu entrada... y cosas como esas son importantes conocerlas :), espero sigas actulizando y te este iendo bn en tu experiencia

Lucy dijo...

Ay si, las paranoicas numero 1 nos llaman jajaja. Al menos tengo alfguien con quien desahogarme y hacer la paranoia divertida jajaja :D